Florencia y su familia abren las puertas del nuevo multiservicio de Almochuel

Florencia, Darío y Amadeo (7 años) llegaron a Almochuel apenas unos días antes de la riada que dejó incomunicada a la localidad tras la destrucción del puente de acceso. No fue el mejor comienzo para su nueva vida, pero, pese a las dificultades, se mantuvieron firmes en su decisión. Cuarenta días después, disfrutan del verano en su nuevo hogar y del calor de una comunidad que los ha acogido con los brazos abiertos.

Esta familia argentina, que residía anteriormente en Valencia, encontró su oportunidad gracias a la plataforma Pueblos Vivos Aragón, impulsada en la zona por ADECOBEL. Presentaron su candidatura a la oferta publicada por el Ayuntamiento de Almochuel, que buscaba personas interesadas en gestionar el multiservicio local y colaborar en el mantenimiento de los servicios municipales. La propuesta incluía también el acceso a una vivienda de nueva construcción. Buscaban empezar de cero en un entorno tranquilo, lejos del ritmo acelerado de la ciudad, y con espacio para disfrutar de las pequeñas cosas.

Su proyecto de vida fue seleccionado entre más de 1.500 candidaturas, lo que da muestra del creciente interés por vivir y trabajar en el medio rural. Florencia, formada en la Escuela Gastronómica de Córdoba (Argentina), está al frente del bar de las piscinas durante el verano y del multiservicio municipal durante el resto del año. Además, se encarga del servicio de restauración durante fiestas y eventos culturales. Darío, por su parte, trabaja como operario municipal, contribuyendo al mantenimiento y mejora del pueblo.

Aunque saben que el invierno será más exigente que estos primeros días de verano, se sienten preparados. Amadeo ya ha conocido a sus nuevos compañeros del colegio de Vinaceite, donde ha sido recibido con entusiasmo.

La llegada de Florencia, Darío y Amadeo es un ejemplo esperanzador de cómo las personas pueden dar nueva vida a los pueblos pequeños. Almochuel no solo ha ganado un multiservicio, sino también una familia con ganas de aportar, integrarse y crecer junto a su nueva comunidad. Una historia que demuestra que sí es posible repoblar el medio rural con proyectos reales, sostenibles y llenos de ilusión.

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